el hablador

El fanfarròn es el que habla de grandezas, se vanagloria de sus actividades, habla que te habla  y que todo le saliò de la pitrimitri.

Veamos la vida de un fanfa, personaje que se echa flores e hincha el pecho como pavo ante sus patas, contàndoles cuentos que para que te cuento.

El fanfa se jacta que vive en un depa  en el centro de la ciudad, pero la verdad es que jatea en un barrio marginal,datea que maneja un auto de lujo de su primo, en la que pasea a su jerma por toda la ciudad, pero no tiene ni un chico partido para el pasaje en la combi.Alardea que su chelfa es un churrazo, cuando todos ya saben que màs bien se parece a un fly hostess de camiòn.

Este fanfarròn viste siempre a la moda, con su peluca sabor a tì, tira su ritmo que da miedo y tiene saoco cuando baila salsa, «chupa» y jala hasta que la prima le dice basta.

Pasa el tiempo y el fanfarròn chamulla sacando pecho y dice que sigue siendo un cirio, que en cualquier esquina se levanta diario a una hembra y que para èl la tercera edad no cuenta.Pasa el talàn a toda su hinchada que es un alto funcionario del ministerio pùblico, y en realidad trabaja  y va a lo alto- al ùltimo piso porque es ascensorista de ese ministerio.

Este fanfa se mudò a la capital de su distrito a una de las casa de vivienda popular y ahì sigue de panudo pasando el yara que pronto se irà a una residencial porque pronto recibirà un billete por su ascenso.El fanfa pasa penurias sin que arredre su temperamento, es asì que un dìa el hablador estaba falto de olla y el muy fresco para barajarla le dijo al chino de un chifa: oe’ chino jalau con pita, dame un langoy de primera y con ajì para  mi perrito que es norteño y sabe del sabor lo que es bueno.

Siempre es de pelìcula cochinear con los fanfarrones por las panas que se manejan.Por eso si eres pata de un fanfarròn ya sabràs que no se le puede dar mucha soga ni luz porque si te descuidas es capaz de venderte hasta por metros una avenida cualquiera de la ciudad.

Chau primo me voy, que allì viene un fanfa y yo no atraco sus cuentos.

Fuente: Una Lima que se pasa de Hugo Villasis Suàrez